“5 puntos a favor de la season finale de Once upon a time” o “¿Pero sigues viendo eso?”

14 May

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Qué fácil es criticar, y qué divertido, y si se trata de “Once Upon a Time”, mejor. Pero he de admitir que para la Season Finale los guionistas se han lucido –y esto lo digo sin ironías, contra todo pronóstico-. Han cogido lo que les había funcionado y han conseguido un episodio doble con ritmo y que funciona. Yo he encontrado 5 aciertos claros (por cierto, alerta de spoilers, si es que se puede considerar que hay de eso en esta serie)

  1. El rojo como sustituto del carisma de Emma. La protagonista es un palo con la capacidad interpretativa de una acelga, de acuerdo, asumámoslo. Los guionistas ya desde el principio han querido identificar el personaje con el rojo, y san intentado que la cazadora roja se volviera icónica, para que “la salvadora” tuviese un poquito más de presencia escénica, pero ponerle un vestido con corsé rojo que deje toda la fruta en el escaparate es un acierto irrefutable propio de la HBO.
  1. Retomar la única historia de amor que ha funcionado en la serie. Recuperar la historia de amor de Blancanieves y Encantador cuando era algo que tenía interés y no solo nivel de glucosa alto ha sido un gran alivio –eso sí, usar exactamente los mismos resortes que “Regreso al futuro” ha sido facilón-. Seamos francos, la historia con Hook no funciona muy allá, la fórmual está clara «Acelga + Acelga = 0 tensión sexual no resuelta»
  1. Aprovechar el hype. Ni Madonna lo hubiera hecho mejor: usar el hype de Frozen para conseguir un cliffhanguer de primera categoría es una jugada maestra. Pensemos además en la cantidad de noticias mierder que pueden generar, incluyendo la ComicCon. Sólo una pregunta al aire ¿primero Wicked y ahora Frozen?¿Alguien en mente? El buzz ya funciona.
  1. Enterrar lo que no funciona. Para ser justos, eso es algo que hacen con bastante agilidad (¿Dónde está Mulán?) pero quitarle todo el protagonismo en la Season Finale a Henry es para quitarse el sombrero. El niño con cara de soñador se está convirtiendo en un adolescente con cara de perro pachón, pero no nos lo podemos quitar de en medio. Lo bueno es que tiene más valor en la serie como objeto de deseo de Regina y Emma que por sus propias tramas. Y para eso no es necesario ni que aparezca. Dos pájaros de un tiro. Olé.
  1. Intentar recuperar a Regina. Todos sabemos que Regina quiere ser el centro del universo  Storybrooke, para algo tenía que servir vestirse de travesti durante 3 temporadas. Pero últimamente el tono de grises que querían para ella –soy buenamala, pero no- se les estaba quedando muy muy pálido. Cambiar el enfoque de madre amantísima a mujer despechada puede tener enjundia. Veremos.

Pese a todo esto, no quiero inducir al error de que” Once upon a time” se ha convertido en una serie mejor. Sigue con sus decorados de Cortilandia, sus pelucas de Brandy, sus vestidos de Port Aventura Medieval y queriendo ser una serie tan “para toda la familia” como Farmacia de Guardia. Avisados quedáis.

«BUDAPEST, MÁS ALLÁ DEL TURISTEO» o «CÓMO ACABAR CON LA MAGIA DE UNA CIUDAD»

28 Abr

Mi blog no estaba muerto, estaba de parranda. Haremos lo que podamos para superar esta resaca postcomatosa y conseguir una rutina, pero de momento la cara del la etapa anterior permanece, como la purpurina que supera el momento en el que el chiste del sábado por la noche deja de hacer gracia y se convierte en ese mariconada terriblemente visible y vergonzosa del lunes por la mañana. Llámalo como quieras, llámalo rimmel corrido y prueba irrefutable de que ayer por la noche acabaste en la cama de aquel orco.

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Pero hablemos de mi, que para eso tengo un blog: Tras un mes y medio en Budapest, la cara sonriente que pone la ciudad a los turistas que vienen a dejarse las perras ya ha desaparecido y ahora empiezo a vislumbrar la realidad. Aquí 5 ejemplos que ilustran:

1.-  Los húngaros tienen grandes vinos. De hecho, alguien me comentó que hacen muy buen vino, pero muy mal marketing. Y tanto: Los mezclan con soda y lo llaman “fröccs”, y lo que es peor, lo disfrazan de classy y exquisito. Casi me granjeo el primer enemigo al comentar que nosotros hacemos lo mismo: mezclamos el vino peleón con gaseosa y lo llamamos tinto de verano.

2.- Budapest se rie de la comida light. Si han sobrevivido a  Sissi, a los nazis y a los comunistas, ¿Cómo va a matarlos un poquito de colesterol? Por eso aquí la carne: de cerdo, y mejor frita o rebozada. El pescado, inexistente, y de haberlo, salmón, que ya se sabe que la belleza está en la lozanía

3.- ¿Pan con pan comida de tontos? Díselo a un húngaro. En Budapest lo difícil es encontrar un pan que no esté bueno, los supermercados tienen su propia sección de panadería con todo tipo de bollitos, de varios tipos de harinas y demás.  Aquí ni los patos deben comer pan duro.

4.- El chonismo existe, por supuesto, porque es intrínseco a la naturaleza humana, pero aquí cobra fuerza. En el hombre se rige por los cánones habituales, pero en la mujer ¡Ay, esa es otra historia! Sólo piensa que aquí se conjuga el chonismo puro, con el gitaneo, con el look de prostituta del Este. Las opciones son infinitas, los desgarros en la retina ante tales esperpentos, también.

5.- Budapest es una ciudad muy cosmopolita, eso es una realidad, y “el bien, en general”. Poder hablar con 5 personas de cinco nacionalidades distintas mola. También mola comprobar que todas las culturas del mundo tienen esencialmente la misma comida para borrachos a las 5 de la mañana. Llámalo kebab. Llámalo burrito. Llámalo gyros. Ya lo decía Shakespeare, aunque a una rosa le cambies el nombre no dejará de ser… carnaza pringosa envuelta en pan.

 

TOUCH o LA PIROTECNIA EMOCIONAL

26 Mar

Touch es la nueva serie de Tim Kring (el creador de Heroes o Crossing Jordan) que ha llevado al límite eso de generar un boca-oído adelantando el piloto. En este caso, en EEUU se estrenó el primer capitulo más de dos meses antes de que se emitiera el segundo, hace pocos días. En España, que parece que vamos haciendo mejor las cosas, la FOX ha empezado a emitir solo con una semana de retardo (muy poco teniendo en cuenta que hay que doblarlo).

La trama de la serie cuenta la historia de Kiefer Sutherland, el padre de un niño que está mal diagnosticado como autista. En realidad es un ser humano más evolucionado que ve el código numérico que rige todo el universo, entiende los patrones y puede ver presente, pasado y futuro. Será tarea de su padre arreglar los desequilibrios y desajustes en este código como buenamente pueda en cada capítulo.

Así dicho, suena a una suerte de «Edición Anterior» meets Heroes -o Alphas-, pero no todo es tan bonito. Kring mete tramas de desconocidos cuyas vidas se cruzan para conseguir momentos dramáticos y emotivos al solucionarse sus problemas como por casualidad, por esa especie de efecto mariposa de las acciones del bueno de Kiefer. Se ve que está de moda esto del efecto mariposa, porque es también el detonante de la Season Finale de The Walking Dead. Eso sí, ahí está en su versión postapocalíptica con un helicóptero y zombies.

Con esto de generar muchos comentarios, el primer capítulo daba pie a que la trama pudiera evolucionar por caminos diferentes:

  • Teníamos la versión dramática de la lucha de un padre amantísimo por cuidar a su hijo. Error, esto no es un culebrón de mediodía y de toda la vida han casado mal Kramer contra Kramer con los superpoderes y los campos electromagnéticos.
  • Teníamos la opción más de suspense, donde Danny Glover hace de humano que sabe de la existencia de esos humanos ultravanzados que controlan el destino y es una especie de guia de paternidad para ayudar a Sutherland. Una trama un poco más negra que podría tener un poco más de chicha.
  • Y teníamos también la versión tramposa y pirotécnica de desconocidos que son muy felices y alcanzan el orgasmo emotivo gracias a las piruetas del universo. Para eso ya me pongo los domingo lluvioso Love Actually y engullo helado, gracias.

Con este que sí que no, ha llegado el segundo capítulo y nuestros peores miedos se han hecho realidad: parece que las tramas de llorar son parte intrínseca, que el diálogo con Danny Glover casi cabe en un tweet y que Kiefer Southerland está a punto de perder a su hijo -gracias a dios que la asistente social es una bendita y le da un poco de cova-. Que hablando de mujeres, esta es la única que interactúa con el podre viudo y progenitor único del superniño, esperemos que no empiecen a desenvolver una trama de tensión sexual no resuelta porque amores no correspondidos es lo poco que le queda a Touch para no ser Agujetas de Color de Rosa.

En realidad, no es todo tan negro. Kiefer hace lo que puede para dejar a Bauer atrás y casi lo consigue y el niño es muy maravilloso, y lo adoptaría cualquiera en un par de días. Y aunque el componente falso/emotivo estará presente todo el rato, puede que alcance un grado en que sea creíble y no me genere diabetes. Y en estas tramas, para ser honestos, el timing es perfecto. Además, al ser de Kring, la serie tiene un par de capítulos más para respirar y encontrar su camino. Yo le voy a dar un par de capítulos más, al fin y al cabo, Summer Glau era autista al principio de Firefly. Es lo que tiene esto del cerebro, hago enlaces emotivos inexplicables. Y… ¡ Vaya, precisamente de eso se trata Touch!

LA SOMBRA DE “THE GOOD WIFE” ES ALARGADA o “ABOGACÍA VERITÉ”

12 Mar

“The good wife” es una de las pocas razones por las que me gustan los lunes. Es maravillosa por muchos motivos: desde las tramas, pegadas a la actualidad y tratando al espectador como un adulto con materia gris; a los personajes, bien dibujados para gustar al espectador o al menos para generarle una reacción. Pongamos como ejemplos el personaje de America Ferrara la temporada pasada, el de Lisa Edelstein a principios de esta o el de Ami Sedaris, rival de Eli Gold, que a mi al menos me tiene atolondrado de placer por una mezcla entre la maldad compleja de Madeleine Stowe en Revenge y una acidez de conversación de Jerry Seinfield. Pero el tema que para mi ha marcado un antes y un después con esta serie es como se trata el tema de la abogacía. Parece sencillo. Cae de cajón. Sin embargo,no es todo tan facil.

En The good wife la abogacía es fundamental; no es un “Anatomia de Grey” de letrados. Y la visión que se da aquí es de lo más interesante y, sobre todo, real. Y se agradece. Larry Flint ya no se lleva, no solo la labia vale para embaucar al jurado por más que ese engendro que es “The Firm” siga intentando hacernos pensar que La Corte es un circo de tres pistas. Erin Brokovich está pasada de moda, ser completamente bueno ya no se lo cree nadie. Así que los guionistas de The good wife apuestan por cambiar las reglas del juego:

  • Nadie es bueno hasta que se demuestre lo contrario. Alicia Florrick, que es la “heroína” tiene un código moral puro, pero también es pérfida en la corte: usar a Caitlin –Anna Camp– como niña mona y sentimental, en el capítulo de la semana pasada es un gran ejemplo. Y de todos modos, el personaje de Michael J. Fox, que es lo más parecido a un némesis que hay aquí, también tiene sus momentos Frank Capra.
  • No es malo ser malo; es malo ser mentiroso. A estos abogados les importa que sus clientes sean culpables o inocente en tanto que la defensa será más fácil en el segundo caso. Los verdaderos “pain in the ass” son los que mienten y los desarman. Para muestra un botón. Todo el capítulo de esta semana.
  • El jurado no es ni omnipresente ni omnipotente. El sistema americano no es solo un jurado al que hay que llegar, por más que resulte muy útil dramáticamente. En esta serie nos encontramos con la fiscalía del estado, los actos de conciliación, los pactos entre las partes, los juicios orales. Todo queda reflejado en la serie. En principio me podría darme un poco igual, pero narrativamente, consigue que esta serie -que sobre el papel, es procedimental- cambie por completo de unos capítulos a otros, con una gran variedad de estructuras, y de elementos diferentes. El juicio a Will, por parte de la otra archimala Wendy Scott Carr (Anika Noni Rose) es un capítulo antológico.
  • Somos abogados, no Colombo. A los defensores no les corresponde descubrir todo lo que a los incompetentes de los policías se les pasa por algo. El caso empieza cuando llega al bufete y acaba con el pacto o el fallo del juez o el jurado. No es necesario saber toda la verdad. Y por eso doy gracias: por la ausencia de un Grissom que le quite el chiste a todo.

Con todo esto no quiero decir que esta intente ser socialmente crítica o políticamente incorrecta. Solo que Ms. Florrick y compañía viven en un mundo más cercano; más real y parecido al del espectador.

 

LOS IDUS DE MARZO o TODO LO QUE SIEMPRE QUISO SABER SOBRE CAMPAÑAS POLÍTICAS Y NUNCA SE ATREVIÓ A PREGUNTAR

8 Mar

El viernes se estrena en España “Los Idus de Marzo”, la cuarta aventura de George Clooney como director . Pero empecemos por el principio ¿que carallo es eso de los Idus? Acudo a la RAE: son ciertos días del calendario romano. Me quedo como estaba ¿Que tiene que ver eso con una película sobre turbias estrategias políticas para ser el candidato nacional del partido demócrata estadounidense? Y sigo investigando: Según el historiador griego Plutarco, fue en los idus de marzo cuando se le vaticinó a Julio Cesar que sería objeto de una conspiración: él, sin embargo, no dejó de acudir al Senado, como buen político honesto. Pues básicamente es esa la pregunta que lanza Clooney: ¿existen, hoy en día, políticos honestos?

La película gira en torno a un candidato del partido demócrata (George Clooney) y a su jefe de prensa (Ryan Gosling, que si te gustaba chupa de cuero blanca, te encantará con camisa y corbata). A partir de ahí, y con la ayuda de personajes secundarios bien trazados y bien interpretados, se van desarrollando zancadillas, trampas y situaciones de emergencia políticas que los protagonistas tendrán que ir afrontando.

El regusto que deja la película es de película muy clásica en muchos de sus aspectos, entre ellos la temática -muy similar a muchas anteriores y, sobre todo, a Primary Colors (1998)- y eso le ha valido muchas críticas, y que sólo haya contado con una nominación al Oscar. Sin embargo, bajo mi punto de vista, que sea clásica no le resta valor ni como filme ni como denuncia. Es una película que, efectivamente podría estar perfectamente enmarcada en los setenta, pero en ese caso es muy probable que el gran grito general fuese “Una película ambientada en los setenta cuyo mensaje es igual de válido en nuestros días”. Pues eso.

George Clooney, además como hombre de cine es muy válido. En Los idus de Marzo, no sólo es coguionista – y con más que aprobado- también demuestra ser un buen director dando una atmósfera propia a toda la película y logrando que sus actores lo borden: Ryan Gosling debió ser nominado a miles de premios este año -si no por Drive, por esto-, el mismo Clooney como político carismático lo borda -al fin y al cabo, ser político es cuestión de vender y George ha conseguido que todos adoremos la Nespresso- y los secundarios de lujo dan mucho empaque a la cinta – Philip Seymour Hoffman y Paul Giammati como manipuladores jefes de campaña, Marisa Tomei como periodista cambiachaquetas y Evan Rachel Wood como voluntaria de campaña-.

Además de eso, por una vez el rollo de la distribución de películas cuando Dios les da a entender, nos ha venido bien: en plenas primarias republicanas. Ahora estoy enganchado a las idas y venidas de Romney y Sanctorum. Ahora veo las noticias y me da mucha risa, porque si ya antes me fiaba poco, ahora sólo espero que empiece una trama rocambolesca o que, por lo menos, cuando digan burradas, aparezca Gosling por detrás para intentar matizarlas.

Pues eso ¿existen políticos honestos? Eso es como lo del huevo o la gallina. Desde luego, a mi esta película tramposa no me parece. Clasicorra, vale. Pero la película del año ha sido The Artist ¿no?

 

AWAKE o DOS REALIDADES PARA UN MISMO DETECTIVE

1 Mar

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Awake ha sido el segundo estreno fuerte de midseason de la NBC, que parece que han dejado los buenos dramas para ahora, y así pillarnos a todos con la guardia medio baja. Usando la misma estrategia que Smash, su piloto lleva ya varias semanas circulando legalmente por la red, y las críticas norteamericanas no han sido para nada negativas. La prueba de fuego en todo caso, será esta noche cuando se emita a nivel nacional.

La premisa de la que parte la historia -y será lo único que pueda (pseudo)clasificarse como spoiler- es un accidente de coche en el que se ve involucrado el detective Michael Britten, su mujer y su hijo. Como resultado, el vivirá en dos realidades paralelas -y complementarias- que son también presentadas al espectador: en una ha muerto su hijo, en la otra, su mujer. Lo interesante es que él no es capaz de distinguir cual es la realidad y cual es fruto del shock.

A partir de una premisa que puede resultar interesante por estar un poco fuera de lo común -aunque yo no pudiera dejar de pensar en esa película de Gwyneth Paltrow, Dos vidas en un instante, y que el año pasado se presentó una serie muy similar que fue cancelada a los pocos capítulos Lone Star-, en el piloto se sientan las bases tanto de los tres personajes principales, como de la estructura de los capítulos de la serie. Viendo que el protagonista es detective (interpretado por Jason Isaacs, el padre de Draco Malfoy en la saga de Harry Potter, pero sin el pelucón rubio platino, gracias a dios) no resultaba complicado deducir que una parte será procedimental con crímenes que resolver en cada capítulo; vinculados, eso si, a esta concepción de realidad doble. La trama horizontal se orienta más a la extraña situación que él vive, y aquí cobran importancia los dos psiquiatras a los que acude Michael en cada una de sus dos realidades. Este es uno de los mayores aciertos, creo, porque es donde se juega a ver que realidad será la genuina y donde los guionistas no piensan aclararlo por lo menos a corto plazo.

Otro tema que es bastante interesante es que, ya desde el piloto, se anuncian las pautas y se marcan una serie de temas recurrentes que tendrán cabida y otros que no. Y que ambos mundos, además, no tiene por qué mezclarse o hacer desaparecer el uno al otro. Eso es lógico, ¿por qué matar a la gallina de los huevos de oro? Hay series con trama de padres viudos con hijos adolescentes y los problemas en su relación, hay series de parejas que han perdido a su hijo e intentan rehacer su vida. Con esta estructura, puedes tener el doble de tramas dramáticas, corriendo el riesgo, claro, de que un drama se te vaya de las manos y se convierta al final en un culebrón.

Para facilitar el paso de una realidad a la otra, porque aquí es constante, prácticamente secuencia a secuencia -algo completamente diferente de Fringe, que recurre a planos generales en los que muestra expresamente el cambio de universo-, la fotografía es algo distinta y se utilizan una serie de recursos narrativos muy visuales para que el espectador no tenga posibilidad de perderse.

Un dato curioso: uno de los secundarios, Wilmer Valderrama -que interpretaba a Fez en Aquellos maravillosos 70– ha aparecido esta misma semana como episódico en Are you there, Chelsea?, la comedia de la NBC dedicádose básicamente a enseñar cuerpazo. Si es estrategia comercial, el mensaje de la cadena parece claro: Nos da igual que es lo que te motiva para ver Awake pero, por favor, sintonízanos.

El piloto funciona bien: de guión aunque no es nada espectacular está todo bien planteado, la dirección y la fotografía ayudan, y el protagonista resulta convincente – no así su hijo, que tiene cara de palo-. Las dudas se me platean por cómo podrá avanzar: una historia que interese y que, por favor, no acabe en drama familiar, que de esos ya tengo muchos y muy probablemente mejores.

SMASH o LA NBC CONFIA EN EL FACTOR GAY

25 Ene

Smash” se estrena el próximo 6 de febrero en EEUU. Es la mayor apuesta de la NBC para intentar arreglar un año bastante fatídico, sobre todo en cuanto a estrenos de dramas: sólo ha funcionado Grimm, y además de ser bastante mala, ha quedado muy ensombrecida por Once Upon a Time, que viene a contar lo mismo  pero mejor(pese a la falta de expresividad y de cambios de vestuario de Jennifer Morrison).
En la campaña de promoción de la serie, que inundó de anuncios la entrega de lo Globos de Oro y está en banner durante todas las series de la cadena, han subido el episodio piloto al iTunes americano y así lo hemos podido ver todos. Y así resumiendo: Smash tiene buena pinta. Un buen piloto y un público objetivo marcadamente marica.

Pero vayamos por partes: la serie, producida por Spielberg (que más que una garantía empieza ya a ser un fear factor, y como muestra Terra Nova o Falling Skies),  es un drama musical que trata todo el proceso de producción de un musical de Broadway sobre la vida de Marilyn Monroe. Y el piloto funciona bien.
Funciona bien porque presenta rápido personajes y sus conflictos, y de momento sus personajes no son planos, algo que ya es de alabar y que últimamente no es tan habitual encontrar (The Firm, otro gran fracaso de la NBC). Funciona bien porque los números musicales son espectaculares -cuando tienen que serlo-  está trabajados y, más importante, están bien metidos en la trama (Lo de Glee roza ya la ridiculez). Funciona bien porque el guión presenta la trama principal pero también las tramas secundarias, que no son efímeras ni banales, con mucho ritmo. Y funciona bien porque la producción es fantástica (esa si que es una garantía de Spielberg).

El mayor problema que yo le veo en cuestión de audiencias es que el target tiene que ser gay por narices. Las razones, listadas que siempre quedan mejor vestidas:

1.- La protagonista es Debra Messing (Grace en Will & Grace, hito de la cultura gay televisiva) que interpreta a una mujer felizmente casada y trabajadora que concilia como puede vida familiar y laboral. Huele mucho al personaje de Brooke Shields en Lipstick Jungle, serie producida -y gracias a dios, ya cancelada- por la escritora y también productora de Sexo en Nueva York, Candance Bushnell. Sólo hay que unir puntos.

2.- La otra protagonista es Katharine McPhee, actriz y cantante que alcanzó la fama a través de American Idol (ejem ejem) que interpreta a una de las actrices que aspiran a ser Marilyn. En su secuencia de presentación, en un casting, canta “Somewhere over the rainbow” de Judy Garland y en la audición para el musical de Marilyn interpreta “Beautiful” de Christina Aguilera. Deben estar reservando para el segundo capítulo Born This way, de Lady Gaga.

3-. Otro personaje destacado es el de la productora del musical, interpretado por Anjelica Houston. No sé cuánto hacía que no la veía en pantalla, pero estoy casi seguro de que en “El honor de los Prizzi” no parecía un travesti.

4-. El compositor e íntimo amigo de Debra Messing es, por supuesto, gay. Gay de los que hacen comentarios sobre culos de jovencitos apoyando la barbilla en el dorso de la mano y agarrándose el codo con la otra.

5.- Seamos serios, un musical en Broadway es un tema ya muy gayfriendly de por si, sobre todo si es sobre Marilyn Monroe. Vale, podrían abordarlo desde un punto de vista neutro o sórdido, pero no lo hacen. Eso es así. En el número musical los bailarines/jugadores de beisbol llevan camisetas con brillos y lentejuelas en la espalda.

6.- Por último, pero no menos importante, las dos actrices que aspiran a interpretar el rol protagonista del musical son como el ángel y el demonio que se le aparecen a todos los maricas sobre los hombros. McPhee es la niña buena, ingenua, dulce, con un novio bastante maravilloso -y meloso-, y sobre todo con un código moral en lo referente a no acostarse con todo hombre que se le pase por delante. La otra actriz, la neumática Megan Hilty, es el demonio. No me entendáis mal, es buena chica, pero es una marica mala: Amiga de sus amigos y todo eso pero, ¿código moral? No gracias. Se presenta como ese personaje que hará “lo que sea” por el papel.

Smash no tiene un mal piloto y yo pienso seguir viéndola, y de verdad que merece echar un vistazo al piloto para ver si es vuestro tipo de serie. Ahora, si continuáis con ella, avisados quedáis: no os sorprendáis luego si os oís diciendo que es una serie “maravillosa”, que Anjelica Houston está “maravillosa” o que esa canción “te ha emocionado muchisimo”. El que avisa no es traidor.

WONDER WOMAN Y THE HOUR o POR QUÉ A VECES SE RECHAZAN LOS PILOTOS

18 Ago

He visto en poco más de dos horas los pilotos de dos series que tienen lo mismo en común que el tocino y la velocidad. Wonder Woman es un piloto a punto de quedarse en eso, fue ordenado y posteriormente rechazado por la NBC y a la vista está el porqué de las dudas sobre su emisión en un mercado tan agresivo como el americano. The hour es, en cambio, una producción de la BBC que ya ha obtenido buenas críticas y buenos resultados de audiencia, y muchos lo han comparado con series de calidad de su misma estética, como Mad Men o Rubicon -ay, cuánto te voy a echar de menos-. Pero vayamos por partes.

Wonder Woman es el enésimo intento de sacar rentabilidad de, por un lado, éxitos pasados adaptándolos -con más o menos acierto- a las circunstancias actuales: Dallas, El coche fantástico, V… y por otro de la moda de los superheroes que nos inunda (que si los enumero saturo el IMDB). Hasta aquí todo comprensible. Enmarcado dentro de esto, también se entiende que desde hace meses se venga hablando de este proyecto con imágenes del rodaje, rumores, el traje de polipiel brillante de la protagonista… Lo malo es que el marketing no lo es todo y la serie se queda vacía, llena de huecos que intentan ser tapados por relaciones manidas y personajes vacuos.

The hour, por otro lado, también se apunta a lo de las modas: tramas ambientada en los elegantes 50 que inauguró Mad Men y que traerá este otoño Pan Am de la mano de la ABC (La BBC ya ha comprado sus derechos de emisión). Pero esta serie ademas presenta personajes sólidos y atractivos, tramas inteligentes y que dejan con ganas de más.

Algo a favor de Wonder woman es como está adaptada a la actualidad. Sin entrar en demasiado spoiler, su actividad está financiada por la venta de merchandising de la propia Wonder Woman y no tiene una doble vida, sino que es un empleo a tiempo completo. Todo este rollo de ejecutiva agresiva, workaholic y demás, le genera una inmensa soledad al no catar hombre desde tiempo atrás por el deber de proteger al indefenso -básicamente así de profunda es la protagonista: soledad subrallada con la presencia de un gato-. Otro punto a favor del piloto es la presencia de Liz Hurley, que aparece como némesis: también alta, también guapa, también apretada en vestidos y taconazo, también ejecutiva agresiva, pero con un elegante acento británico en vez de pulseras antibalas. Lo que pasa es que la que podría ser la archimala para siempre (una especie de Whillelmina en Ugly Betty) lo es solo una episódica más y, además, su empresa no es de armamento militar, no: es de cósmetica. Y si algo hemos podido aprender de CatWoman, además de que el agente de Halle Berry debería ser barrendero, es que la cosmética, por mucho que haga pruebas en animales, no puede ser diabólica de verdad.

Y básicamente Wonder Woman se reduce a eso, accesorios y ropa brillante, efectos especiales bastante malos, un látigo que sería la envidia del Caballero de Andrómeda, y conflictos de chichinabo. La tensión sexual no resuelta da la risa, y los secundarios podrían ser sustituidos por teleñecos, que son igual de expresivos y por lo menos dan ganas de abrazarlos. Un último apunte por si no había quedado claro: este piloto es muy filogay (pero también en eso es burdo, a juego con lo demás), además de los trajes de ejecutiva agresiva y chica bond a la vez, y los diferentes trajes de faena que son el sueño de todo marica para Carnaval, los esbirros de la villana son 20 musculocas en camiseta de tiras.

The Hour es otro cantar, un producto muy británico:elegante, pausado -ojo, que no lento- e inteligente -sin ser demasiado pedante-. Además de poseer una estética estupenda que me fascina en cada fotograma, los personajes parecen bastante bien construidos y la acción está desarrollada para espectadores con al menos dos neuronas, algo que siempre es de agradecer. No sé si debo opinar sobre la validez de los diálogos, que me ha impresionado -Devil is in the detail, darling-, porque con el acento british pierdo el sentido crítico.

La trama se presenta en torno a un nuevo programa informativo para la televisión, en el que los protagonistas son la productora -mujer proactiva y trabajadora en los años 50, conflicto en bandeja- y uno de los periodístas -soñador empedernido pero suspicaz, que será el que lleve el peso del suspense de la trama-. Pero además está la periodista de asuntos internacionales -perfilado maravillosamente en apenas cuatro secuencias- y el presentador del programa -tercer eje del triángulo de tensión sexual no resuelta, pero también con sus propios problemas-

También es verdad que, por lo que parece el piloto no es muy representativo de lo que será la serie el resto de la temporada, puesto que aquí se presenta la acción y a los personajes y el suspense queda un poco en segundo plano -cuando debería ser uno de los detonantes-, pero se lo perdono, porque no me he aburrido ni un solo minuto de los 58 que dura el capítulo. Y, sobre todo, porque aunque ha hecho un cliffhanger, no ha sido de esos que quieres arrancarte las venas, sino que te incita a ver el siguiente capítulo para ver como todo se desarrolla. Y, en la era de ficción televisiva que sigue a Lost, esto también es muy de agradecer.

 

Un piloto lo dice todo de una serie, por lo menos al principio. Y ya puestos a prejuzgar, prefiero este producto nuevo disfrazado de vintage a esa serie revieja que aparece rejuvenecida con botox de mercadillo.

AUDIOVISUAL ESTIVAL o LOS GUIONISTAS TAMBIÉN TIENEN VACACIONES

17 Jun

 

La llamada crisis de ideas en el audiovisual es algo muy manido, algo así como el “cualquier tiempo pasado fue mejor” en 24 fotogramas (o 25 cuadros) por segundo. Pero llega el verano y el sol no deja ni la sombra de una duda y aparecen rumores como mosquitos y productos de consumo fácil con más peligro que la mayonesa fuera de la nevera.

En la pantalla grande nos encontraremos, en plena operación Bikini, con todo tipo de segundas y terceras partes que estiran, con más o menos acierto, la fórmula del éxito: Cars 2, Resacón 2, Transformers 3 (que, al margen de la peli sea mejor o peor, la campaña de márking vinculándola al eclipse de luna ha sido interesante)… Y además se prepara American Pie 4 –que transcurre en un encuentro de exalumnos, porque si todavía iban a la universidad el tema ya iba a oler-.

Pero lo que más huele a guionistas siesteando en hamacas son esos proyectos de tomar una serie y hacer una película, creyendo a pies juntillas en el trasvase de telespectadores a venta de butacas. Aquí funcionó (moderadamente) con Águila Roja, y del otro lado del charco nos encontramos con Los Pitufos –yo pienso verla solo por oir a Katy Perry como voz de Pitufina- y la película de Fraggle Rock, que quiero esperar que estará pensada para adultos nostálgicos. Y, para más inri, Hollywood también baraja un proyecto basado en los juguetes HotWheels. Lo que yo diga, cine de autor.

Y eso, dando un margen de confianza a las revisiones cinematográficas de comics: Green Lantern se estrena el 24 de junio y cada día hay nuevas noticias sobre The dark Knight Rises, Los vengadores y Man of Steel: Russell Crowe interpretará a Jor-El, dando así el relevo a Marlon Brando. Ojiplático

Pero la televisión, que hace tiempo que no es menos que el cine, no se queda atrás en remakes-ahorratrabajo. Hace pocas semanas se estrenó Teen Wolf, basada en la peli ochentera de Michael J. Fox, al rebufo de Crepúsculo y que tiene mucho más de teen que de wolf; algo así como los helados de pistacho y chocolate, que siempre tienen más de lo peor. Y sigue habiendo informaciones cruzadas sobre Wonderwoman –en versión disfraz de carnaval- y la posibilidad de que Will Smith fiche por un nueva versión de “El príncipe de Bel-Air”, aunque para mi, la gran duda seguirá siendo cual de las dos actrices hará de Vivian Banks

 

Así que ahora que el calor empieza a planchar las calles, y ya puestos a revisitar, casi mejor me meto en los Verdi, con su programación de clásicos de verano. O me enchufo a series pasadas que no he visto.

PEQUEÑAS MENTIRAS SIN IMPORTANCIA O EL BLOCKBUSTER FRANCÉS

11 Jun

Pequeñas mentiras sin importancia” se ha estrenado en España hace pocas semanas, pero fue el boom del año pasado en Francia. Y es que tiene muchos ingredientes para ser muy vista por el público en general, aunque no tan querida por la crítica. Dirigida por el polifacético Guillaume Canet y con un reparto muy conocido entre los galos, está encabezada por Francois Cluzet y Marion Cotillard, y aborda las vacaciones de un grupo de amigos entre los 30 y los 40 en un momento muy particular de sus vidas, con un tono a medio camino entre la comedia y el drama. Claro, en Francia eso suena a taquillazo. Pero es verdad, eso ya lo hemos visto. El complejo de Peter Pan entre amigos treintañeros está de moda, lo hizo Kenneth Branagh hace años con “Los amigos de Peter” -un film que me atrevería a decir que ha sido un referente muy importante para Canet en esta película, de la que es también guionista- y Ted Demme con “Beautiful girls” y en España, más recientemente, Alberto Rodriguez con After.

Soy sensiblero, lo sé, pero a mi me suelen gustar ese tipo de películas: de reirme durante tres cuartas partes de la película y acabar llorando en la última media hora. Y a eso responden exactamente los 150 minutos (excesivos) de metraje. Eso desde el punto de vista emocional. Pero al día siguiente, si me pongo a repasar, la verdad es que racionalmente no es para nada una obra espectacular. Los personajes son caricaturas de si mismos: el neurótico, el homosexual armarizado, el casanova deseoso de amar… Estereotipos que funcionan muy bien en una comedia de enredo sin pretensiones, pero que resultan de trazo burdo al meterse ya en camisas de once varas: el drama. La trama es simple pero funciona, tiene ritmo -cosa muy de resaltar teniendo en cuenta la duración- pero, al final, muchas de las subtramas quedan prácticamente en el aire, o reducidas a anécdotas sin ninguna importancia.

Por otro lado, lo bueno que tienen los buenos actores es que te levantan un personaje. Y aquí contamos con varios: Cotillard se agarra a los recovecos del suyo defendiéndolo con uñas y dientes y Cluzet no se resigna a ser un clown histriónico -por más que en alguna secuencia lo parezca- y no pierde demasiado la compostura. En general, todos los personajes de esta trama coral salen bien parados haciendo reir cuando es necesario, logrando empatía con el espectador y también emocionando llegado el momento.

Dos aspectos maravillosos de la película que no se deben olvidar. La escena inicial: un plano secuencia lleno de fuerza y carga narrativa, que va acumulando tensión a lo largo de sus 4 minutos, para llegar a una descarga final que da inicio a toda la trama de la película, (lo malo es que despues da paso a una realización bastante convencional). Y la elección de la música, que no solo es completamente adscribible a los personajes, sino que funciona perfectamente y da mucho ritmo. En ella nos encontramos desde David Bowie, a Anthony and the Johnsons o Ben Harper.

 

Y entonces ¿”Pequeñas mentiras sin importancia” merece la pena? Yo diría que si, si te gustan ese tipo de películas, claro. No es cine de autor, ni pretende serlo; es simplemente un ejercicio de entretenimiento que, como tal, consigue buena nota. Puedo asegurar que te encantaría estar ahí de vacaciones -la Costa Azul es preciosa-, que va a haber alguna carcajada y que puede que, en los últimos momentos, te emociones. No busques más: ni dobles sentidos, ni análisis ocultos. Sin pretensiones.