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WONDER WOMAN Y THE HOUR o POR QUÉ A VECES SE RECHAZAN LOS PILOTOS

18 Ago

He visto en poco más de dos horas los pilotos de dos series que tienen lo mismo en común que el tocino y la velocidad. Wonder Woman es un piloto a punto de quedarse en eso, fue ordenado y posteriormente rechazado por la NBC y a la vista está el porqué de las dudas sobre su emisión en un mercado tan agresivo como el americano. The hour es, en cambio, una producción de la BBC que ya ha obtenido buenas críticas y buenos resultados de audiencia, y muchos lo han comparado con series de calidad de su misma estética, como Mad Men o Rubicon -ay, cuánto te voy a echar de menos-. Pero vayamos por partes.

Wonder Woman es el enésimo intento de sacar rentabilidad de, por un lado, éxitos pasados adaptándolos -con más o menos acierto- a las circunstancias actuales: Dallas, El coche fantástico, V… y por otro de la moda de los superheroes que nos inunda (que si los enumero saturo el IMDB). Hasta aquí todo comprensible. Enmarcado dentro de esto, también se entiende que desde hace meses se venga hablando de este proyecto con imágenes del rodaje, rumores, el traje de polipiel brillante de la protagonista… Lo malo es que el marketing no lo es todo y la serie se queda vacía, llena de huecos que intentan ser tapados por relaciones manidas y personajes vacuos.

The hour, por otro lado, también se apunta a lo de las modas: tramas ambientada en los elegantes 50 que inauguró Mad Men y que traerá este otoño Pan Am de la mano de la ABC (La BBC ya ha comprado sus derechos de emisión). Pero esta serie ademas presenta personajes sólidos y atractivos, tramas inteligentes y que dejan con ganas de más.

Algo a favor de Wonder woman es como está adaptada a la actualidad. Sin entrar en demasiado spoiler, su actividad está financiada por la venta de merchandising de la propia Wonder Woman y no tiene una doble vida, sino que es un empleo a tiempo completo. Todo este rollo de ejecutiva agresiva, workaholic y demás, le genera una inmensa soledad al no catar hombre desde tiempo atrás por el deber de proteger al indefenso -básicamente así de profunda es la protagonista: soledad subrallada con la presencia de un gato-. Otro punto a favor del piloto es la presencia de Liz Hurley, que aparece como némesis: también alta, también guapa, también apretada en vestidos y taconazo, también ejecutiva agresiva, pero con un elegante acento británico en vez de pulseras antibalas. Lo que pasa es que la que podría ser la archimala para siempre (una especie de Whillelmina en Ugly Betty) lo es solo una episódica más y, además, su empresa no es de armamento militar, no: es de cósmetica. Y si algo hemos podido aprender de CatWoman, además de que el agente de Halle Berry debería ser barrendero, es que la cosmética, por mucho que haga pruebas en animales, no puede ser diabólica de verdad.

Y básicamente Wonder Woman se reduce a eso, accesorios y ropa brillante, efectos especiales bastante malos, un látigo que sería la envidia del Caballero de Andrómeda, y conflictos de chichinabo. La tensión sexual no resuelta da la risa, y los secundarios podrían ser sustituidos por teleñecos, que son igual de expresivos y por lo menos dan ganas de abrazarlos. Un último apunte por si no había quedado claro: este piloto es muy filogay (pero también en eso es burdo, a juego con lo demás), además de los trajes de ejecutiva agresiva y chica bond a la vez, y los diferentes trajes de faena que son el sueño de todo marica para Carnaval, los esbirros de la villana son 20 musculocas en camiseta de tiras.

The Hour es otro cantar, un producto muy británico:elegante, pausado -ojo, que no lento- e inteligente -sin ser demasiado pedante-. Además de poseer una estética estupenda que me fascina en cada fotograma, los personajes parecen bastante bien construidos y la acción está desarrollada para espectadores con al menos dos neuronas, algo que siempre es de agradecer. No sé si debo opinar sobre la validez de los diálogos, que me ha impresionado -Devil is in the detail, darling-, porque con el acento british pierdo el sentido crítico.

La trama se presenta en torno a un nuevo programa informativo para la televisión, en el que los protagonistas son la productora -mujer proactiva y trabajadora en los años 50, conflicto en bandeja- y uno de los periodístas -soñador empedernido pero suspicaz, que será el que lleve el peso del suspense de la trama-. Pero además está la periodista de asuntos internacionales -perfilado maravillosamente en apenas cuatro secuencias- y el presentador del programa -tercer eje del triángulo de tensión sexual no resuelta, pero también con sus propios problemas-

También es verdad que, por lo que parece el piloto no es muy representativo de lo que será la serie el resto de la temporada, puesto que aquí se presenta la acción y a los personajes y el suspense queda un poco en segundo plano -cuando debería ser uno de los detonantes-, pero se lo perdono, porque no me he aburrido ni un solo minuto de los 58 que dura el capítulo. Y, sobre todo, porque aunque ha hecho un cliffhanger, no ha sido de esos que quieres arrancarte las venas, sino que te incita a ver el siguiente capítulo para ver como todo se desarrolla. Y, en la era de ficción televisiva que sigue a Lost, esto también es muy de agradecer.

 

Un piloto lo dice todo de una serie, por lo menos al principio. Y ya puestos a prejuzgar, prefiero este producto nuevo disfrazado de vintage a esa serie revieja que aparece rejuvenecida con botox de mercadillo.