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PEQUEÑAS MENTIRAS SIN IMPORTANCIA O EL BLOCKBUSTER FRANCÉS

11 Jun

Pequeñas mentiras sin importancia” se ha estrenado en España hace pocas semanas, pero fue el boom del año pasado en Francia. Y es que tiene muchos ingredientes para ser muy vista por el público en general, aunque no tan querida por la crítica. Dirigida por el polifacético Guillaume Canet y con un reparto muy conocido entre los galos, está encabezada por Francois Cluzet y Marion Cotillard, y aborda las vacaciones de un grupo de amigos entre los 30 y los 40 en un momento muy particular de sus vidas, con un tono a medio camino entre la comedia y el drama. Claro, en Francia eso suena a taquillazo. Pero es verdad, eso ya lo hemos visto. El complejo de Peter Pan entre amigos treintañeros está de moda, lo hizo Kenneth Branagh hace años con “Los amigos de Peter” -un film que me atrevería a decir que ha sido un referente muy importante para Canet en esta película, de la que es también guionista- y Ted Demme con “Beautiful girls” y en España, más recientemente, Alberto Rodriguez con After.

Soy sensiblero, lo sé, pero a mi me suelen gustar ese tipo de películas: de reirme durante tres cuartas partes de la película y acabar llorando en la última media hora. Y a eso responden exactamente los 150 minutos (excesivos) de metraje. Eso desde el punto de vista emocional. Pero al día siguiente, si me pongo a repasar, la verdad es que racionalmente no es para nada una obra espectacular. Los personajes son caricaturas de si mismos: el neurótico, el homosexual armarizado, el casanova deseoso de amar… Estereotipos que funcionan muy bien en una comedia de enredo sin pretensiones, pero que resultan de trazo burdo al meterse ya en camisas de once varas: el drama. La trama es simple pero funciona, tiene ritmo -cosa muy de resaltar teniendo en cuenta la duración- pero, al final, muchas de las subtramas quedan prácticamente en el aire, o reducidas a anécdotas sin ninguna importancia.

Por otro lado, lo bueno que tienen los buenos actores es que te levantan un personaje. Y aquí contamos con varios: Cotillard se agarra a los recovecos del suyo defendiéndolo con uñas y dientes y Cluzet no se resigna a ser un clown histriónico -por más que en alguna secuencia lo parezca- y no pierde demasiado la compostura. En general, todos los personajes de esta trama coral salen bien parados haciendo reir cuando es necesario, logrando empatía con el espectador y también emocionando llegado el momento.

Dos aspectos maravillosos de la película que no se deben olvidar. La escena inicial: un plano secuencia lleno de fuerza y carga narrativa, que va acumulando tensión a lo largo de sus 4 minutos, para llegar a una descarga final que da inicio a toda la trama de la película, (lo malo es que despues da paso a una realización bastante convencional). Y la elección de la música, que no solo es completamente adscribible a los personajes, sino que funciona perfectamente y da mucho ritmo. En ella nos encontramos desde David Bowie, a Anthony and the Johnsons o Ben Harper.

 

Y entonces ¿”Pequeñas mentiras sin importancia” merece la pena? Yo diría que si, si te gustan ese tipo de películas, claro. No es cine de autor, ni pretende serlo; es simplemente un ejercicio de entretenimiento que, como tal, consigue buena nota. Puedo asegurar que te encantaría estar ahí de vacaciones -la Costa Azul es preciosa-, que va a haber alguna carcajada y que puede que, en los últimos momentos, te emociones. No busques más: ni dobles sentidos, ni análisis ocultos. Sin pretensiones.